¿Qué es el vaginismo?
El vaginismo es una disfunción sexual en la que se produce una contracción involuntaria de los músculos de la vagina al intentar la penetración (ya sea del pene, un dedo, un tampón…), provocando dolor. Esta condición suele acarrear grandes problemas, tanto a nivel de pareja como a nivel de salud: muchas veces no se pueden tener relaciones sexuales con penetración, y por ello tampoco se puede conseguir un embarazo. Del mismo modo, no se puede realizar una exploración ginecológica, con el riesgo que supone esto para su salud.
Esta disfunción provoca, además del dolor físico, un gran dolor emocional, ya que la mujer acaba temiendo las relaciones sexuales, sintiendo una gran frustración e impotencia al pensar que no va a ser capaz de conseguir un coito satisfactorio, y con un gran sentimiento de culpa, por no poder satisfacer completamente a la pareja. Como psicóloga en Valencia he tratado esta dolencia en ocasiones y se sabe que con un buen tratamiento psicológico, si la causa no es física, se logra una recuperación de hasta el 100%.
¿Cuáles son las causas?
Las causas pueden ser físicas u orgánicas.
Orgánicas: la existencia de un himen más grueso o rígido de lo normal, endometriosis, inflamaciones en la pelvis que causan dolor, cicatrices tras un parto, aborto, etc.
Psicológicas: Son mucho más frecuentes. El miedo inconsciente a la penetración aparece como un reflejo involuntario cuando se intenta la relación sexual: hay una relación sexual que provoca dolor por sufrir heridas en la zona, el desconocimiento de la pareja a la hora de penetrar a la mujer, o por escasa lubricación, etc. y como respuesta al dolor físico la vagina se contrae. En posteriores intentos, si se repite, es posible que pueda condicionarse la respuesta vaginal de contracción ante la penetración (aunque la mujer lo desee). El cuerpo reacciona involuntariamente, por asociación.
En otras ocasiones se debe a una experiencia traumática del pasado, una educación sexual deficiente o excesivamente religiosa en la que la mujer se puede sentir culpable al recibir placer o incluso puede sentir asco hacia el sexo. También el miedo a quedarse embarazada cuando no se desea, o el desconocimiento de las reacciones del propio cuerpo pueden provocar estas contracciones involuntarias y dolorosas cuando se intenta la penetración.
El vaginismo puede ser primario (la mujer lo sufre desde siempre) o secundario (aparece después de haber vivido relaciones sexuales con penetración satisfactorias y sin dolor).
¿Tiene tratamiento?
Afortunadamente, esta disfunción sexual puede curarse completamente (descartando previamente cualquier motivo físico), con la ayuda de un psicólogo o sexólogo. Es una de las disfunciones sexuales con un índice más elevado de resolución favorable gracias a la terapia cognitivo-conductual, con casi un 100% de éxito terapéutico.