La depresión se da en la mujer con una frecuencia de casi el doble que en el hombre.
Los factores hormonales podrían contribuir a que exista esta diferencia tan notable, ya que pueden aparecer síntomas depresivos en momentos determinados del ciclo menstrual, durante el período postparto, o con la llegada de la menopausia.
Sin embargo, los factores hormonales también suelen ir acompañados de factores sociales, psicológicos o culturales. Es más frecuente hoy en día que una mujer que acaba de dar a luz se angustie por el hecho de tener que compaginar el trabajo con la maternidad. O que a la llegada de la menopausia se le una la salida de los hijos del hogar, y esto haga que aparezcan con más facilidad sentimientos de tristeza y de falta de apoyo, debido al cambio del rol materno.
Además, está comprobado que las mujeres tienen una forma diferente de afrontar los problemas, y esto hace que haya una tasa mayor de mujeres diagnosticadas con depresión que hombres, ya que acuden más a las consultas de psicología, al tener más facilidad a la hora de expresar sus emociones y al ser más propensas a buscar ayuda cuando tienen un problema.