Se ha observado que ciertas profesiones suelen llevar asociado un alto nivel de estrés, sobre todo aquellas en las que hay un trato continuo con otras personas, con la consecuente implicación emocional.

Uno de los sectores más afectados a este nivel es el de los profesores y educadores en general. Estos profesionales suelen sufrir estrés laboral de forma continua, siendo la segunda causa de baja laboral más frecuente en este sector, justo por detrás de enfermedades musculo-esqueléticas.

Los numerosos cambios sociales y educativos ocurridos en las últimas décadas llevan al profesorado  a enfrentarse actualmente ante situaciones de conflicto que hace unos años no eran tan frecuentes, como por ejemplo:

  • Indisciplina de los alumnos
  • Sobreprotección de los padres sobre sus hijos frente a las decisiones correctivas o educativas del profesorado
  • Despreocupación de los padres por la educación global de sus hijos, delegando esa educación enteramente al profesorado
  • Falta de tiempo de los padres para educar a sus hijos.
  • Falta de personal adecuado para cubrir necesidades especiales de algunos alumnos.

Ante estas situaciones el profesorado se ve muchas veces sobrepasado, y esto suele llevar a absentismo laboral, bajas por depresión, enfermedades asociadas al estrés continuo y trastornos de ansiedad.

Ante estas perspectivas, lo más eficaz, desde el punto de vista del profesorado es dotarlo de herramientas para solucionar las situaciones conflictivas del día a día, y proporcionarles orientación psicológica y pedagógica, que les ayude tanto a gestionar las situaciones diarias relacionadas con sucesos estresantes, como a tratar de conectar con el alumnado y motivarlo, mejorando el clima del aula y  de esta manera conseguir situaciones óptimas de aprendizaje.

Fuera del aula, el profesor debe aprender a liberarse del estrés diario para evitar una sobrecarga. Esto se puede conseguir llevando a cabo una rutina diaria de ejercicio físico moderado y realizando actividades relajantes y agradables. Acudir a clases de relajación grupal, clases de yoga, etc. puede ser la clave para mantener controlados nuestros niveles de estrés y conseguir una buena salud tanto física como mental.