En nuestra sociedad, la figura del cuidador tiene un papel muy relevante. Las dificultades económicas que sufren muchas familias actualmente hacen que en la mayoría de los casos no se pueda pagar un centro de cuidados especializados como residencias o centros de día para nuestros parientes dependientes. Por esta razón, y por los valores familiares más propios de nuestra cultura, muchas veces se sienten obligados a hacer de cuidadores, ocupándose de las necesidades de los enfermos las 24 horas del día, 365 días al año.
En España, alrededor del 80% de las personas que sufren Alzheimer son cuidadas por un familiar directo en casa, ya sea el cónyuge o un hijo.
Esta situación de cuidado contínuo conlleva una fuente de estrés diaria, ya que la atención se vuelca en el otro, dejando atrás las propias necesidades. De este modo se acaban viendo afectadas todas las áreas importantes de su vida tales como su relación de pareja, laboral o de estudios, ocio y tiempo libre, salud, etc., y termina sufriendo una sobrecarga tanto emocional como física.
Para evitar que estos cambios supongan una afectación crónica en el cuidador, y aumenten los costes en su calidad de vida, puede ser muy necesaria la ayuda de un terapeuta. El apoyo psicológico para el cuidador de un enfermo de Alzheimer, Parkinson, o cualquier otra enfermedad, física o mental, que vuelva a la persona dependiente de ésta, en ocasiones es una herramienta necesaria para poder sobrellevar el día a día. Este le puede ayudar a gestionar todos aquellos sentimientos y emociones que aparecen a lo largo del proceso, y evitar que puedan aparecer trastornos de ansiedad o del estado de ánimo, u otros problemas asociados.
Indicadores de riesgo en el cuidador:
Puede ser recomendable pedir apoyo psicológico cuando se presentan algunos de estos síntomas en el cuidador de la persona dependiente:
– Abandono de la vida social y las actividades placenteras
– Agotamiento, sueño excesivo
– Sentimientos de desesperanza, tristeza o indiferencia por la vida
– Cambios de humor frecuentes
– Irritabilidad
– Nerviosismo, inquietud
– Problemas para concentrarse
– Trato de desprecio o humillación dirigido a la persona dependiente