Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, y más concretamente internet, hemos sufrido un rápido cambio en nuestras costumbres y, sobre todo, en la forma que tenemos de relacionarnos con los demás. Para muchas personas, el uso de internet le ha aportado muchos beneficios, sin embargo, para otras muchas, supone una necesidad que, si no se satisface, les provoca cambios de humor, nerviosismo, y dificultades para concentrarse en otras tareas.
¿Cómo reconocer una adicción a internet?
El catedrático de Psicología Clínica, Enrique Echeburúa, afirma que los adictos a internet son “aquellos usuarios que aumentan su dependencia al ordenador hasta aislarse de su entorno e ignorar otros aspectos de su vida cotidiana”.
Los más vulnerables a esta adicción son las personas introvertidas, con baja autoestima , y escasa vida familiar. En la red encuentran continuas gratificaciones, tanto a nivel social como emocional, por lo que cada vez necesitan estar más tiempo conectados con el fin de seguir obteniendo esos refuerzos (por ejemplo, mediante las redes sociales, obteniendo con relativa facilidad gran cantidad de “amigos virtuales”).
Esto es debido a que la red suele provocar en los usuarios las siguientes emociones:
– Sienten una gran sensación de intimidad cuando están conectados
– Es más fácil que sientan desinhibición al relacionarse con los demás
– Sienten que el tiempo se detiene o que pasa muy rápido
Un síntoma que se repite en todas las personas adictas es el hecho de utilizar internet como medio para huir de los problemas cotidianos, y con la sensación de necesidad imperiosa, es decir, con sensación de no tener el control de ese comportamiento.
Alguna de las consecuencias de sufrir esta adicción puede ser la pérdida del empleo, el fracaso académico o la ruptura de la relación de pareja, así como depresión y ansiedad.
Consejos para todo tipo de usuarios:
– No abandonar las aficiones que ya tenemos por el uso excesivo de internet.
– Mantener (cultivar) las relaciones sociales y familiares en primera persona, y no priorizando el contacto con ellas en la red.
– En el caso de no tener suficiente autocontrol, pedir la ayuda de un profesional.